Dentro de un circulo de la sociedad marcada por la seguridad y la pasión por el dinero, hay un eslabón y línea delgada que se convierte en el peligro de cualquier negocio criminal.
‘La traición’ como falta grave de esos negocios, denomina y condiciona ese punto delgado que trae la muerte. Ha sido muy especifico y complejo tal negocio, que si hoy se analiza una dinámica de acción con los eventos perpetruados por eda criminalidad, se podría precisar en pocas palabra que ‘El negocio de cayó’.
Traicionar a quien y con quien has sido participe de los actos delincuenciales, no lleva a buen pasaje de vida, solo a un pasaje de muerte o trae el arresto bajo la aplicación de la ley.
Pero el negocio se cae cuando se empieza a descubrir lo ilegal, cuando se empieza actuar desde el la ley, de manera directa con transparencia, con la inteligencia de quienes persiguen siempre la criminalidad. Es entonces cuando ‘ya ese negocio no puede seguir”, “hay que acabar con esto”.
La acción de actuar protegido creyendo ser legal, sabiendo que es el más ilegal, queda descubierto cuando se realiza la investigación sería y se empiezan ‘Atar Cabos’. Pero si la traición sigue en favor de quien se esconde protegido en la legalidad, llega la actuación de aquel que se siente traicionado, entonces llega la forma en la que aplica el delito de mayor impacto, aquel que utiliza armas para cobrar a forma de venganza, el precio de haberse torcido.
Lo más preocupante y difícil de ese negocio, es la forma como se va saliendo de control involucrando a gente inocente, gente que no tiene nada que ver en la frustración de quienes generan sosobra social amparados bajo el círculo de poder, la maldad y la codicia, al rededor del dinero. Dinero sucio que jamás traerá tranquilidad a las almas de quienes lo consiguen de manera abrupta.
Es el estado, el que empieza a cambiar el que puede intervenir y seguir evitando la desgracia, aquella que la sociedad no quiere seguir soportando por el capricho de baja moral que tienen los violentos.
La politica ideológica, tampoco le salva la realidad futura si espera que le valla bien al momento de inspirar tranquilidad en su alma.
No habrá paz para la ilegalidad, para quien a través de la criminalidad defiende una posición errada que al final lo deja solo por esa misma traición, esa que termina siendo una cadena o efecto dominó donde cae uno y otro hasta llegar a la justicia verdader.
Se va uno y se va otro, quitarles las herramientas ilegales que generan violencia, es una decisión muy importante para calmar las ancias de beneficiarse, utilizando la ley como escudo protector.
Eso no lo salvará del mañana y del siempre vivir con el alma sucia, la maldad solo le lleva a tener la mente enredada, vivir pensando en el ¿cuándo me descubran qué? Y ajá, ¿Qué pasará ahora que hice eso?.
Todo lo dicho aquí, es una realidad conjetiva, un espectro y observación al momento contextual que vive la sociedad, nuestra solicitado colombiana que está inmersa en debilidades de los recuerdos del pasado, de aquellos oscuros momentos en los que no había rumbo, ese que hay que seguir buscando para hacer de esta sociedad, la más justa y más equilibrada.
Solo quien espera en su justicia poniendo la confianza en un mejor mañana, sabe que se puede cambiar llegando a un principio de honestidad y sapiencia. La sociedad espera estar involucrada en descubrir la verdad siendo actor de los buenos pasos, los que llevaba a definirnos como pensantes del saber, de lo justo y lo dificultoso. A ese, la sociedad colombiana lo arropará para siempre brindarle su apoyo en medio de la dificultad.
Al final todos entienden un acto Criminal no lleva a una verdad y justicia, que el delito no premia y si castiga. Se espera que quien lea este artículo, pueda ser propio de su análisis en lo que la vida le enfrenta y le espera como ser individual con responsabilidad.